Esta es la bella historia de un niño apodado «Queletén» que hacía verdaderos prodigios bajo el agua
La historia por cierto va dirigida a las personas mayores que sin dudas alguna vez vieron una película de Tarzán el Rey de la Selva.
Sin ahondar en detalles de la famosa tira escrita por Edgar Rice Bourroughs, allá por 1939 filmó «Tarzán y su hijo».
Fueron Johnny Weismuller y el pequeño «Boy» (Johnny Sheffield) junto a Jane (Maureen O’Sullivan) los personajes centrales de la película.
«Boy fue encontrado en un accidente de avión por lo que Tarzán y Jane lo adoptaron. Y el niño nació en el rigor y los peligros de la selva.
Pero…¡Cual era la particularidad de Boy? Junto a su padre realizaban diversos juegos bajo el agua y eran capaces de sostener la respiración mucho más tiempo que lo normal, de allí el atractivo que tenía verlos a Tarzán y su hijo jugar a las escondidas bajo el agua sin salir a la superficie.
Pues bien. Nuestra historia es real en cierto modo porque cuando el intendente Sampacho don Alejandro Isidoro Pelzer decidió crear una gran pileta con muros de piedra de las canteras en el «Dique» porque antiguamente era un solo murallón donde se embalsaba el agua allá por los años 60, se hizo una revolución. Se implementó un sistema de Filtros de carbonilla para limpiar el agua del arroyo que venía y entrada por un conducto y salía muy limpia.
«Queletén»
Y allí salta a la luz nuestro personaje: Se trata de Héctor Molina (ya fallecido) que realizaba verdaderas hazañas bajo el agua al punto tal que mucha gente se reunía en el sector más profundo para ver a este niño de tan solo 9 años arrojarse y sacar con su boca todas las monedas que le arrojaban.
Era capaz de emular al «Boy» de Tarzán nadando en el fondo sin respirar. Pero seguramente este gran nadador fue mucho más conocido por su sobrenombre: «Queletén».
Nacido en 1951 tuvo una infancia muy dura y llegó a ser todo un prodigio nadando en el agua del Dique no siempre estaba cristalina.
En los días de verano durante horas y horas, los vecinos de entretenían viendo el show de «Queletén» que se ganaba varios pesos mediante su habilidad bajo el agua sacando una a una cada moneda que le arrojaba el público.
Nunca hubo otro igual. Pulmones de acero, y brazos largos para expresar en cada brazada, que la Madre Naturaleza siempre a los niños pobres le regala una habilidad para hacerle frente a la vida.
El dulce recuerdo para el, bien que se le podría llamar «El hijo de Tarzán» aunque en el cine el protagonista real era ruludo, rubio, bien norteamericano. Pero eso no importa.
«Queletén» fue todo lo contrario, pero con la misma fortaleza para estar largos minutos bajo el agua, sin respirar, ganando moneda por moneda para llevar a su casa.
Una historia que las nuevas generaciones desconocen, pero que seguramente a los mayores, les traerá un dulce recuerdo.
Nota de la Redacción:
Sin saberlo «Queletén» utilizaba una técnica que en estos tiempos es utilizada por los nadadores profesionales.
Se trata de la apnea, también conocida como freediving, es una práctica deportiva submarina cada vez más de moda que consta de sumergirse bajo el agua por un sistema de bloqueo de la ventilación.
Fotos a modo ilustrativo
Mingo Amaya