- Dicen que tienen ojos de águila. Porque ven las jugadas hasta el más mínimo detalle, a veces desde un punto muy lejano.
- Dicen que son capaces de trasladarnos a un sueño de gloria con solo escucharlos gritar un doble o un golazo de aquellos que quizás recordemos por muchos años.
- No son seres de otra galaxia son…Relatores Deportivos. Uno de los oficios más difíciles vinculado al deporte.
- En la voz de Guillermo Adrian Bustos, relator de Sampacho, una de esas historias domingueras que nos transportan al mundo maravilloso del relato, donde cada pase, cada jugada, cada tiro libre, encierra un contexto de muchísima pasión. Por eso lo convocamos. Para saber un poco más de ellos. los dueños de la pasión.
Han transcurrido más de 27 años desde aquella vez que relató pormenores de la famosa escuadra de Atlético Sampacho clase 1985 bajo la dirección de Jorge Linardi (veterano de guerra) que llegaron a las finales de un torneo provincial con figuras que después iban a hacer historia como el caso de los Melli Sáinz, de Cristian Peruchini que después terminó jugando en Europa, de Daniel González y otros.

Willy (Bustos) dice que ha seguido un modelo de relator-poeta-observador como fue el inolvidable Osvaldo «Turco» Whebe, de quien aprendió muchísimo pero más que nada de inventar sobre la marcha, alguna frase que al oyente lo saque de la monotonía de un partido de esos intrascendentes donde no pasa mucho en el campo de juego.
¿Los relatores son humanos? ¿Sienten esa misma pasión que el hincha? consultó este medio.
Y también la vivimos como auténticos sentimientos. Por eso ahí nomás se puso en marcha la maquinita de los recuerdos. Como aquella gélida tarde del 21 de julio de 2013 cuando Atlético Sampacho consigue ser campeón frente a Ateneo en General Cabrera por la vía de los penales. «Creo que no sé si yo pueda repetir una jornada tan fría como esa, tremendo, fue espantoso, bueno relatamos pegado al alambre porque no había espacio para acomodarse como en otra interminable cantidad de lugares te podría decir que hemos relatado arriba de las camionetas, en la caja de una chata, bueno que se yo, en miles de lugares, ese día pegados al alambre con Atlético que al final es campeón, bueno ese partido es absolutamente inolvidable». (Ese mismo día Willy abandonó su puesto de transmisión y se dio el gusto de dar una vuelta olímpica uniéndose al festejo).
La «olla hirviente» de Sporting
Cuando se habla de esas pasiones, se ven también y no con fútbol solamente. Sporting Club de Sampacho es algo así como «el club del pueblo». Una multitud ruge, empuja, canta y eso se reproduce en la voz de Willy Bustos este año con el provincial viajando para todos lados.
«Esa pasión contagia y también amedrenta al rival, pero en mi caso tengo una anécdota que también demuestra que somos humanos ante todo»

«Te quería decir que obvié contarte uno de los momentos lindos que también viví en este laburo.
En el año 2015 Sporting fue campeón del certamen de la Asociación de Río Cuarto. En la final en Sampacho la cancha era una caldera (como siempre). Lo notable fue que en ese plantel estaba David (mi hijo mayor). Lo anecdótico es que se escucha en el final del relato cuando David viene al puesto de transmisión a abrazarme y se filtran los sollozos de emoción entre nosotros. Eso también habla de los sentimientos que quizás debemos transmitir a la audiencia.
Un sueño? Quizás relatar desde la Bombonera o del Monumental, a Boca o a la Selección. Ya llegará ese día.
Hay que tener memoria inmediata
¿Como hacen para repetir con palabras una acción que terminó en gol?. «Me parece que también tiene que ver cuando vas avanzando en el trabajo uno empieza a tomar un poco más de, no sé si la palabra es cancha, si no se empieza a dar cuenta de unas cosas y vos te das cuenta que una jugada trae peligro, entonces a lo mejor agudizas el sentido ahí sobre la marcha y bueno después que te queda grabada en la retina porque cuando pasan esas cosas entonces en el mismo momento de lo visceral del gol que explota la garganta ya estás pensando qué decir posterior a eso para que el oyente vuelva a rememorar la jugada».
Sobre el final pone de relieve la figura de Miguel Horacio Cacho Vicario que un día le entregó el micrófono para convertirse en relator.
También recuerda con admiración a Osvaldo «Turco» Whebe por todo lo que le dió al relato matizado con tantas pinceladas que lo hacían único. O al Gordo» José María Muñoz que era capaz de intercalar una jugada con una recomendación para que esa mamá que escuchaba la transmisión, recordara que había que llevar al hijo a vacunarse. Por último, el exquisito relato de uno de los mejores como es su labor como es Víctor Hugo Morales y el auténtico poema que improvisó en segundos con el gol de Maradona a los ingleses en el Mundial de México de 1986.
«Agradezco a los oyentes a los amigos, a la gente de FM Identidad (Chano Fernández y Mariano Chejovich ) con quien hacemos esta etapa de mi vida en el relato. Y por supuesto al deporte que nos permite vivir domingo a domingo o en un viernes de básquet, la maravillosa experiencia de llevar imaginariamente un estadio a la casa de aquel oyente que nos escucha.
(Mingo Amaya)
