Ya transcurrió un año desde que las balas asesinas terminaran con la vida del padre «Coqui» Vaudagna, en un hecho hasta ahora incomprensible y lo que es peor, sin posibilidades de dar con el o los autores de esos disparos.
En Mackenna fue el propio obispo quien presidió una celebración concelebrada en el templo de San José que lo tenía como párroco.
En Sampacho su pueblo natal, se descubrió una placa en el cementerio acto al que asistieron sacerdotes y famiiares.
Por último, uno de sus compañeros el padre Jorge Luis Basso presidió la misa que fue concelebrada por varios curas amigos de «Coqui». Fueron partícipes de este evento litúrgico, su familia, y ex compañeros de Promoción 1979 del Instituto La Consolata donde cursó sus estudios.
Ante la imagen de La Consolata en su camarín hubo una celebración especial y finalmente tanto familiares como sacerdotes quisieron rodear un cuadro con la imagen del sacerdote muerto hace un año atrás.
La legisladora Milena Rosso, el intendente Franco Suárez y el secretario de gobierno Santiago Bordese, estaban entre los asistentes.
El ruego esta en el perdón y que la justicia pueda lograr al menos, la ilusión de castigo a los culpables.