Fecha: 21 de Julio de 2002. Hora: 23.30 h. Lugar: Entre las poblaciones de Achiras y Chajan. Sudoeste de la Pcia. de Córdoba. Argentina.

Hace pocos días falleció el sargento del policía Guillermo Arias. Corajudo como pocos, fue noticia mundial cuando fue testigo único del avistamiento de una nave nodriza.

Guillermo nunca más se recuperó el golpe anímico que le produjo ese avistamiento. Hoy, este gran polcía ya es recuerdo, pero su testimonio dan cuenta de la envergadura del suceso.

¿Existen?

A partir de la mitad del mes de julio los testimonios de luces anómalas y aeronaves extrañas brindados por funcionarios policiales convulsionaron a los habitantes de los departamentos de Sampacho, Chaján y Achiras; donde el fenómeno, según parece, eligió como escenario.

Volviendo a ese evento ocurrido en el 2002, el domingo 21 de Julio quedará grabado en la memoria del Sargento Guillermo Arias -44 años, casado, tres hijos- que tiene a cargo la dependencia policial de Chaján; un pueblito de 400 habitantes ubicado a 60 Km al SO de la ciudad de Río Cuarto, Pcia. de Córdoba, Argentina.

Pasemos al relato del protagonista
«Yo desde el año 1982 que estoy acá en Chaján, una población muy chica de 400 habitantes y tiene una extensa zona rural de aproximadamente 700 km2. Por lo general, soy personal único en la localidad y en lo que más se hace hincapié es en recorrer la zona rural; porque estamos en zona limítrofe con la jurisdicción de San Luis a 12 Km. hacia el norte.
El domingo 21 a la noche a aproximadamente entre las 21.30 y 22.00 me llaman de la comisaría del distrito de Sampacho, de la cual yo dependo, manifestándome que escuchara la radio VHF, la radio policial, porque había otro colega de apellido Barrios de la subcomisaria de Achiras, a unos 50 km. al NO de esta localidad, que estaba siendo víctima de una luz extraña mientras andaba en el móvil junto al jefe de bomberos de la policía de Achiras; y que estaba muy nervioso, entre otras cosas. Entonces prendí el equipo de radio y escuche a Barrios pidiendo que lo escucharan porque había sido iluminado por una luz extraña y la estaba pasando mal porque se le había cortado la comunicación con otro colega.
Hace 15 o 20 días atrás nosotros habíamos hecho un avistamiento en la zona del Cerro La Garrapata (San Luis) que duró aproximadamente 1 hora, con cuatro funcionarios policiales y testigos rurales también; y que no pudimos determinar de que se trataba; entonces me picó la curiosidad y salí.
Hice unos 15 km. hacia el NO y me instalé en una zona que nosotros denominamos Loma de Piedra. Es un lugar alto, desde donde se domina toda la jurisdicción de Chaján, Suco, Sampacho y Achiras. Tras la sierra se veía un gran reflejo como si viniera saliendo el sol o la luna; y seguía escuchando el comentario de este muchacho que relataba lo que le estaba pasando. Entonces llamo por teléfono al destacamento policial donde vivo con mi familia y le digo a mi esposa que esté atenta a la radio que cualquier cosa me llame por teléfono porque iba a hacer unos kilómetros más tratando de acercarme hasta Achiras (por el camino ancho).
Y habré hecho unos 8 o 9 km. más adelante, doblo para la jurisdicción de Los Pozos – una escuelita que hay para cortar camino y llegar más rápido- cuando me llama por teléfono personal civil de la comisaría de Sampacho, Ricardo Agüero; y justamente a unos 300 o 400 m. mío, sobre el costado, también veía un gran reflejo que pensé que podía tratarse de un incendio, y le dije: – no me cortes, que estoy avistando un gran reflejo a mi costado. Voy a doblar ahora, quedate en línea para ver que se trata-. Y faltando unos 100 metros se me corta la comunicación telefónica con este muchacho. Cada vez más grande el reflejo. Se me para el motor de la camioneta y empiezan las luces del tablero a volverse locas; a girar en forma muy extraña. Inclusive, el visor de la radio se tornó incandescente y se escaneaba sola.
Yo pensaba ¿que ocurría?; tal es así que se me cruzaron varias cosas por la cabeza, una de ellas era que me había llevado por delante un cable de alta tensión y que me estaba electrocutando, y de repente se apagan todas las luces. Y a unos 15 o 20 m. de distancia, sobre mi derecha, comienza a levantarse una especie de nave terriblemente grande con chorros de luz celeste hacia abajo y empieza a pasar sobre el camino y se posa sobre el camino también a unos 15 o 20 metros de distancia y a 30 o 35 metros de altura.
Era enorme, una cosa impresionante. Esto era como un triángulo puesto de costado con su punta redonda con dobles ventanillas, centenares de ventanillas, con luces que iban desde el violeta al amarillo pero muy opacas como si fueran vidrios pero muy opacos donde se veían sombras que iban y venían dentro de esas ventanillas, muy semejantes a las copas de los árboles cuando el viento las azota. Es ahí cuando decido bajarme del vehículo porque ya no tenía más transmisión, nada. Me bajo de la camioneta y atiné a manotear el arma reglamentaria que llevaba en ese momento y calculo que hice unos 100 – 150 pasos hacia atrás mientras seguía observando eso y lo pude mensurar así, a simple vista, que tenía aproximadamente unos 200 metros de largo. Algo terriblemente grande.
No emitía sonido, simplemente tenía varios chorros de luz celeste hacia abajo como una luz congelada que no daba ningún destello.
De repente, salió disparado como un rayo hacia mi izquierda y quedó todo de día; una luz terriblemente grande, tal es así que alcancé a observar los animales vacunos y los caballos, en el campo, que incluso saltaban hacia la calle muy asustados…
Meto la mano en el bolsillo de la campera para buscar el celular pero lo había perdido y, más o menos, a unos 2.000 m. de distancia, donde hay dos lomas más de piedra, se alcanzaba a percibir todavía el gran resplandor de ese aparato, que salió disparado hacia la izquierda. Y ahí estuve por alrededor de una hora y media dando vueltas hasta que escuché el teléfono que sonaba y en la oscuridad del campo lo pude localizar por el sonido y me pude comunicar con mi familia.
Luego, me comunico con la comisaria del distrito Sampacho, con el oficial Sorin que estaba a cargo en ese momento y me tranquiliza un poco, me hace conversar con unos muchachos ahí, les conté lo que había visto, que se quedaran tranquilos…
Pasados unos 45 minutos me encuentran. Según ellos, cuando me encuentran, yo no recuerdo bien, me habían sacado la pistola de la mano que la tenía martillada. Querían dejar mi vehículo ahí pero yo no quise; les digo que al vehículo no lo dejaba… Bueno, lo accionamos y volvió a funcionar el motor correctamente, inclusive prendieron todas las luces. Y lo que no funcionaba en el tablero hacía unos 7 meses sorprendentemente se arregló, como ser el marcador del alternador, el stop de freno, la luz del interior del habitáculo tampoco andaba y volvió a funcionar hasta el día de hoy.

Una nave enorme


Yo iba en dirección NO y me sale a mi derecha, del lado del acompañante… se levantó muy lentamente de un campo vecino y comienza a aparecer esa punta redonda, empiezo a ver las ventanillas y pasa despacio y se posa en el camino, quedando la mayor parte de la punta del lado izquierdo y la parte de atrás, donde terminaba esa especie de plataforma, a mi derecha…atravesaba el camino….

Era un triángulo de color plomizo con doble ventanilla. Las ventanillas tenían luces, se veían perfectamente. Era una luz que no largaba destello….iban desde el violeta al blanco y la parte final amarilla tenue. Ahora, si eran vidrios eran como si estuvieran empañados, no se veían hacia el interior.

Como si fuera una escuadra puesta de costado, la punta era redonda…bien redonda. (El grosor) yo calculo entre 2,50 m. y 3 m; para el tamaño que tenía, no tenía mucho espesor.

Yo calculo que lo tenía al frente a unos 15 o 20 metros porque yo me bajo de la camioneta y retrocedí unos 100-150 pasos y eso seguía en su lugar y a una altura de 30-35 metros. Muy, muy cerca lo tuve.

Lo que sí pude observar, y quedó grabado en mi memoria, que ese aparato no tenía ni remaches, ni soldaduras, ni perfiles las ventanillas; o sea era una masa compacta… como si fuera sido hecha de una sola pieza.

(En cuanto a las sombras del interior)… eran deformes, no puedo asegurar de que se trataban…. parecían copas de árboles que se movían por el viento, algo similar…eran extrañas.

Se alejó a una velocidad espeluznante y ahí cuando dejó blanco todo, como de día… hasta los bordes de los cerros cercanos… se alejó hacia el oeste-

¿ Cuánto duró todo?. Yo calculo que lo vi durante unos 15 o 20 segundos; y después de perderse detrás de la loma, a unos 2 km. de distancia, el reflejo duró unos 15 a 20 minutos más.

(La camioneta) «Ford F100 Gasolera, motor 96 Perkins con bomba de encendido electrónico.

Yo por ese camino habré ido a unos 60 km/h porque estaba bueno…de bien que iba el motor se corta de golpe, instintivamente yo me tiro a la derecha y es ahí cuando empieza el pandemonium de luces adentro que se ponían incandescente las luces del tablero. Incluso, a mí me dio la impresión de haber agarrado un cable de alta tensión porque en mis pies, en la parte de la alfombra, yo veía todas lucecitas celestes…

Cuando choco la camioneta contra el bordo termino de romper el radiador que estaba medio roto ya…

Una vez que eso se fue, recuerdo haber vuelto a la camioneta y la accioné y estaba la perilla de la luz tirada hacia atrás y accioné la camioneta y no arrancó…ni siquiera se movió…

La radio del móvil no funcionaba y lo extraño era que el portafusible, que era de baquelita negra, desapareció completo con el fusible. Y no fue encontrado hasta hoy. Yo al otro día le puse un portafusible y un fusible y funcionó perfectamente. En ese momento, no funcionó.

Al otro día cuando fuimos vi donde golpee mi camioneta contra el bordo y conté más o menos 150 pasos; inclusive iba haciendo círculos hacia atrás y lo que demoraba…habré estado unos 3 segundos arriba de la camioneta y abajo habré caminado hacia atrás unos 15 a 20 segundos…(Total 25 segundos)

También al otro día, un poco más calmo, me fijo y descubro que las tapas de la batería estaban flojas, una había saltado; había ácido de la batería por todos lados. No sé, como si hubiera recibido una sobrecarga y así tendría que haber sido.

Yo no lo quería hacer público pero lamentablemente éramos como 20 móviles que andábamos en la zona, detrás de este chico Barrios, y ya se había hecho público. Y después ya se enteró mucha gente.

(La duración de todo) A mi sorprende eso entre las 23.30 y 23.40 y calculo que 23.50.-23.55 desapareció todo.

El clima era bueno, no había muchas nubes…inclusive estaba helando. Una visibilidad perfecta.

(En cuanto a sonido) Nada, nada, absolutamente nada. Ni sonido, ni sentí aire caliente, nada. Sentí, una vez que eso se alejó, un olor a pasto quemado porque en ese lugar hay pasto puna, pasto salvaje, inclusive al otro día encontramos dos matas quemadas del lado donde supuestamente estaba aterrizado o a muy baja altura y también se veía manchas pero era una franja enorme de 300 metros de largo…(2)

En esa zona, a unos 500 metros, vive la familia Morra y a unos 1000 m. a la izquierda está la casa de los Abatedaga. Salvo dos chicas de Morra que entre 11.30 y 11.45 sentían a los perros ladrar y llorar, incluso las aves estaban alborotadas(2). Americo Abatedaga vio una gran luz desde el interior de la casa que pensó que alguien había llegado, pero no le dio importancia.

Quedé bastante shockeado por unos días. Tal es así que me mandaron a Córdoba y me hicieron una junta de psicólogos como para ver si no tenía un brote de psicosis o algo por el estilo.

Dentro de mí tengo una paz interior que no la he sentido anteriormente. Yo he visto muchas veces luces extrañas, pero nunca una cosa así. Y últimamente con el tema de las vacas mutiladas, con el tema de los animales muertos yo ya andaba con esa idea de ver algo…

Le digo más, si no son todas las noches, noche por medio siempre ando solo. He tenido grandes experiencias y grandes procedimientos porque yo acá a parte de ser el policía que está todos los días, soy el sumariante, soy el juez soy todo acá. Creo, que en el departamento de Río IV, en la Jefatura, no debe hacer otro policía que conozca la zona rural como la conozco yo. Soy un amante de la zona, de conocer las jurisdicciones. He tenido grandes procedimientos, estoy en mis cabales, he sido revisado por expertos. Incluso, desafío a cualquiera que me hagan la prueba más grande que haya en el mundo para determinar que estoy diciendo la verdad.

Yo fui el que no quería hablar, y el segundo jefe de unidad comisario inspector Oscar Enrique Leo me dice: – Mirá. Arias, hablá tranquilo que es una cosa personal. Es extra-policial. Es algo que te ha pasado a vos no a la institución.

Mi conclusión sobre lo visto es que me auto-convencí de que existe vida más inteligente que la nuestra…»

Al día siguiente se observaron marcas de pasto quemado por los dos chorros de potencia que utilizó la nave para partir hacia el oeste.

Nota de la R. La foto superior es a modo ilustrativo