Antiguamente en Sampacho los principales clubes que en esos momentos eran Atlético Sampacho y Recreativo Confraternidad, tenían asignadas las fechas patrias del 25 de Mayo (Atletico) y el 9 de Julio (Confraternidad). Los 20 de junio eran para los impresionantes bailes en simultáneo que organizaban estos clubes debido a las grandes masas de gente que venían.

Es así que en la noche del 8 de julio de 1965, hubo una recepción (con baile incluido) a la Delegación de la Marina de Guerra Fuerza Nacional amiga del club. Esta delegación provenía de la Base Naval de Puerto Belgrano y había sido invitada por Confraternidad porque inauguraba su nueva sede y un maravilloso campo de juego al que lo denominó «Almirante Brown».

Llovía pero a nadie le importaba demasiado. Era una fiesta. Al día siguiente igual, pero se hizo el acto con desfile incluido y los marinos se llevaron todos los aplausos al desfilar (y de las miradas femeninas ni hablar). No era habitual ver por estos lares a los marineros y menos aún desfilando. Se había reorganizado una Banda de Música y desde la plaza fueron tocando hasta llegar a la sede de Confra para inaugurar la sede. Allí estaban su presidente José Jurado el inefable Yaco Bordese, el intendente Alejandro Pelzer y tantos funcionarios más. Por la tarde se realizó el partido de fútbol con Confraternidad frente a la delegación naval que tenía a jugadores de la talla de Touriño (de allí fue al Real Madrid) y varios que militaban en Atlanta, Ferrocarril Oeste y demás equipos. El Suboficial mayor Aurelio Bosolino (árbitro de AFA) tuvo a su cargo el control de las acciones y en una actuación memorable, el triunfo fue para el «Rojo» por 1 a 0 con uno de esos goles para guardar en la vitrina conquistado por Rubén Morales su capitán.

La delegación naval se quedó hasta el día siguiente para jugar frente al combinado de la Liga Regional Moldense. Y finalmente un recuerdito para la anécdota. Los marineros jugaban muy bien, la mayoría profesionales y el atractivo que ejercieron en el sector femenino también fue motivo de comentario ya que al momento de la despedida, las lágrimas de algunas chicas se confundían con esas lloviznas interminables de los 9 de Julio.

El 24 de junio de 1967, se ponía en marcha el Cine “Monumental.

En esos años funcionó en la planta alta el boliche “Le Fontaine” muy de moda por entonces. Los bailes en el gran salón de fiestas fueron inolvidables.