Las historias de fe que rodean la devoción al Señor de la Buena Muerte de Reducción son infinitas. Los sacrificios que muchos peregrinos hacen para llegar a los pies del Cristo para rogar o dar gracias por uno de esos tantos milagros que se escuchan en ruedas de mate cuando los amigos hablan de estas cosas, también suceden.
Tal es el caso de Augusto Ramírez, José Jaca, Tomas y Matias Ribero, Marcos, Mirco y Leandro Suarez. José y Ricardo Suárez. José Luis Pallotti. Octavio y Agostina Suarez, Valentina y Ignacio Suárez.
Este grupo que frecuenta las instalaciones del Centro Gaucho de Coronel Moldes, es amante de las tradiciones. Todo lo que hacen es para dar a conocer su identidad como buenos criollos. Y tan es así que un día surgió la idea de cumplir con una promesa al Cristo.
Y allí comenzaron a dar forma a este agradecimiento de fe, llevado muy dentro del corazón de cada uno.
El periplo a caballo desde Coronel Moldes hasta Reducción es de unos 135 kilómetros aproximadamente. Un camión los acompaña por cualquier emergencia y de paso traerá los caballos de regreso a la ciudad moldense.
Siempre por caminos de tierra, planificaron hacer una primera parada en Adelia María para pernoctar allí y que los caballos descansen. El segundo tramo es Adelia María-Las Acequias también por caminos de tierra para pernoctar la segunda noche. Y en la tercera jornada cruzar el Cochancharava para llegar a Reducción. El grupo es consciente que puede haber lluvia y que las temperaturas iban a descender, pero los anima la fe, la tradición, el nombre del Centro Gaucho de Coronel Moldes y lo que es mejor, el sentimiento de argentinos que desean hacer este tipo de promesas con estirpe gauchesca. Casi nada.