Ha transcurrido otro 20 de junio, fecha trascendental para el pueblo de Sampacho que desde 1906 venera a La Consolata. El paso del tiempo no ha hecho otra cosa que acrecentar esa envidiable devoción para quien es la patrona del lugar, con una imponente imagen de 1.232 kilos de peso. Quizás el análisis de esta fiesta del 2024 permita extraer algunos puntos sobresalientes e lo que ha sido esta patronal.
Sampacho tiene historia y desde el 10 de junio de 2024, ostenta el orgullo de ser Basílica Menor.
Misioneros: Después de 1977 que no había un equipo de misioneros como el que se hizo presente en esta oportunidad. Vinieron desde África pertenecientes a la Congregación de Misioneros de La Consolata. Pero los curitas supieron ganarse el cariño de la gente al igual que las religiosas, también africanas que con simpleza y simpatía ganaban aplausos cada vez que se las nombraba.
Un acierto
En el presente 2024, la novena patronal se asemejó «a las de antes» donde la figura central era La Consolata. Eso no hay que olvidarlo nunca.
(Mingo Amaya)
Reflexiones junto al mate
(Por el Párroco de La Carlota Jorge Luis Basso
La fe como fiesta.
El 20 de junio de 2024 con un grupo de personas de La Carlota participamos de la fiesta de la Virgen de La Consolata (la que consuela) en Sampacho. El clima de serena alegría se vivía previo a la salida de la hermosa imagen llevada sobre los hombros de más de treinta personas, para quienes es un honor poder cargarla. Se puede comprobar que hombres cuya participación dominical en las misas no se da necesariamente tienen un cariño y devoción impresionante que explota cuando cargan con la Virgen. Este dato tradicional va pasando de generación en generación y sienten alegría de pasearla por dieciseis o dieciocho cuadras cada año y el pueblo siente que en estos hombros está el hombro de cada sampachense que siente honor de llevarla y no una carga o un peso. Eso es fiesta!
La salida y la entrada de la imagen es un rito particular porque siempre a las quince horas sale del santuario, ahora basílica, acompañada de pañuelos al aire, papelitos multicolores, emoción en los ojos y corazón de los presentes para recorrer la larga procesión pautada. Este momento es fiesta! Conmueve, sacude hasta el espectador indiferente, llena el alma. Comienza el conteo y va apareciendo la Patrona , la Madre, la Amiga, el Consuelo. Es un momento de gran explosión emocional que expresa el momento de fe de cada uno en particular y del pueblo reunido en multitud en general.
La procesión por las calles es hermosa porque asume la tradición y permite al peregrino encontrarse con gente que no puede caminar, que está enferma detrás de una ventana, que le gusta mirar cuanta gente hay, pero también sirve para descubrir la fe expresada en tantos altarcitos familiares que con orgullo muestran a los peregrinos. Hay como una comunión entre la casa de todos y la casa de cada uno y los peregrinos pueden experimentar la hondura de la fe sembrada y trabajada en más de ciento veinte años de creación de la parroquia. La fe tiene hondura y las circunstancias cambian pero el amor a La Consolata sigue, crece, se multiplica.
La misa presidida por el Obispo, concelebrada por los sacerdotes, y vivida por el pueblo santo de Dios es la corona de tan hermosa celebración. El Obispo instó a vivir las bienaventuranzas (Mateo 5) a lo largo de toda la vida para que como María seamos testigos del amor de Dios que nos hacer hermanos.
Y finalmente el cierre con el ingreso de la Virgen al templo… Los vivas, la música, el aplauso, las lágrimas vuelven a salir, la emoción dice que hasta el año próximo Ella seguirá cuidando de cada uno de nosotros. El momento compartido junto al salón del peregrino pone en evidencia que en la mesa de la Virgen estamos todos sus hijos.
Para finalizar podemos descubrir una vez más el decoro del templo, el respeto por las imágenes sagradas y la alegría de los propios y de los peregrinos en esta experiencia mariana. Acompañaron la novena misioneros de La Consolata nativos de Tanzania y de Kenia, que andan por el mundo cumpliendo su misión.
La fe es una fiesta que vivimos y podemos contar para que muchos otros reciban la Luz que viene de lo alto.
P. Jorge