Tras la conversión del último penal que le daba el pase a la semifinal a la Selección Nacional, hubo una explosión de hinchas que estaban guardando la euforia para salir a agitar banderas, brindar de alegría y vivar a Argentina.
«Siempre nos toca sufrir» dijeron algunos cuando en el último instante del tiempo reglamentario, vino la igualdad de Países Bajos. Después la lotería (y no tan lotería con Messi y el Dibu) de los penales para que Argentina se consagre semifinalista.
Calles, plazas y espacios libres de localidades de la región se tiñeron de esa pasión que tanto nos identifica a los argentinos. La Selección sigue en carrera y en los pueblos esa pasión se vive a pleno