Son una legión de trabajadores oriundos de varios pueblos de la región y de otras provincias.
Ellos están autorizados a no quedarse recluidos en sus casas. Por el contrario, deben transportar los frutos del país como sea y a la vez no dejar desguarnecidos sin víveres a las poblaciones del interior.
Para muchos la pandemia la viven en el camión. Y Dios dirá si no sufren algún contagio por las instancias tan limitadas que les toca vivir, principalmente cuando se encuentran en los puertos de Rosario o Bahía Blanca.
Ellos prefieren omitir sus nombres porque en Rosario siempre hay riesgos de todo tipo y a alguien no le puede caer muy bien. No hay que circular por lugares solitarios, alejados de los centros poblados y si van dos o tres vehículos juntos mejor.
“Muchos de nosotros estamos trabajando lejos de nuestras casas. Pero estamos cargando hacia Rosario. También hemos ido a Bahía Blanca. Por lo general vamos por ruta 8 hasta Venado y tomamos por la 33 a Rosario. La otra alternativa es circular por la provincial 11 hasta trasponer Corral de Bustos y empalmar con la nacional 33 a Rosario. A Bahía depende de donde estemos pero llegamos si o sí.
¿Y que llevan?. Preguntó este diario. Por lo general soja y maíz. Hay regiones del sudeste cordobés donde están cosechando”, explicó Juan José de Río Cuarto
“Mire: le puedo asegurar que algo de temor tenemos. A los camiones y en especial a la cabina, donde estamos varias horas la estamos desinfectando constantemente. A los camiones también lo lavamos muy seguido.
En el volante y la perilla de cambios es donde más gérmenes hay porque manipulamos la lona, cereal curado en estos tiempos puede haber de todo. No solo eso. Dormimos en la cucheta”.
Sumándose al relato Marco Antonio sostiene que los principales focos de infección se encuentran en los baños.
“En Timbúes hay varios puertos. La mayoría de los baños no tienen personal para limpiarlos. No digo todos, pero el foco infeccioso es grande. Imagínese las horas de espera que tenemos a bordo del camión y al baño tenemos que ir siempre y cuando haya un compañero cerca”.
Este transportista manifestó que muchas veces tienen que descalzarse y lavar el calzado por las dudas.
“Acá viene gente de muchos lugares, son cientos de camioneros. Y el virus anda seguramente por acá. Nosotros queremos descargar y volvernos a casa que es otro de los riesgos”.
La vida en la cabina
Los transportistas manifestaron que a veces son muchas horas las que tienen que pasar arriba del vehículo el que por otra parte es su casa.
“Somos trabajadores, debemos cuidar el peso porque se gasta mucho en combustible y hay que volver con la familia.
¿Van a los restaurantes a la vera de la ruta?. Los trabajadores del volante respondieron que salvo algunas excepciones por lo general se juntan dos o tres en algún sitio en particular y cocinan su propio almuerzo o cena. De paso descansan y a la vez charlan un poco antes de proseguir.