En el último tren
Martes 23 de agosto de 1977. La noticia ya había tomado estado público. El gobierno de facto de aquel entonces tomó la dura (y muy triste) decisión de «levantar» el servicio de pasajeros Vicuña Mackenna-Río Cuarto-Río Cuarto-Villa Mercedes-Río Cuarto-Mackenna.
Ni lo pensé. Me fui a la estación compré el boleto hasta Coronel Moldes y puntualmente llegó de Río Cuarto cerca de las 20 el tren que ya hacía su último viaje.
No eran tiempos de protestar. Se levanta y punto. Recuerdo que vi llorar a mucha gente mientras la locomotora rumbeaba ya de noche para Bulnes y Coronel Moldes. En Bulnes hubo algunas mujeres que saludaban pañuelo en alto lo que iba a ser el último paso de un servicio regular de pasajeros que se había iniciado allá por el 1906.
Decían que no era rentable, pero el coche iba lleno. Ideal para combinaciones a Laboulaye, a Mendoza o Retiro. Y así en menos de media hora estábamos en Coronel Moldes.
El guarda nos despidió con un toque de nostalgia mientras descendíamos de ese coche de asientos color marrón. Y la Alco a puro bocinazo saludaba al último tren de pasajeros que iba a correr por esas vías hoy lamentablemente tapadas de yuyos, tierra y olvido. Fui testigo de ese momento. Y considero…¿De cuantas equivocaciones hemos sido testigos los argentinos?.
El de los Ferrocarriles es uno de ellos. Resultado nefasto si los hubo.
Renuevo los términos del maestro Miguel Ángel «Pirulo» Gutiérrez de Achiras cuando expresó: «Los ingleses nos hicieron ferrocarriles para doscientos años. Nosotros los destruimos y olvidamos en cien»…
Cuanta razón querido Pirulo. Cuanta razón. En el recuerdo…adiós querido tren de pasajeros.
(Mingo Amaya)
