Una auténtica legión de bailarines de diversas edades, demostraron en la pista, más que habilidades, sentimientos. Así en el marco de los 95 años, los integrantes de los Talleres Culturales y las academias locales, los bailes se sucedieron. Cada uno de ellos tuvo una carga de energías y nostalgias, un sentimiento hecho pueblo que se transmitió al igual que en los comienzos de la localidad » de corazón a corazón».






