Edgardo García Nieto y Liliana Fernández se radicaron hace unos años en Achiras. El vino de Buenos Aires, ella de Tandil.
Son una de esas parejas «fuera de serie», pero con mucho en común. Ambos son artistas plásticos, ambos dibujantes, ambos magníficos escultores, ambos amantes del arte al que desarrollan cuantas veces puedan. Por supuesto, son dueños de una sensibilidad infinita la que queda inmortalizada en sus centenares de trabajos hechos en telas, papel, cartulina y en materiales sólidos.
«Si es así. Hacemos esto de toda la vida. Ahora estuvimos trabajando en La Pampa haciendo una escultura a caballo del general San Martín por encargo del intendente de la localidad de La Maruja Gustavo Cein. Después de algunos meses de arduo trabajo lo hemos terminado y solo falta inaugurarlo. No solo eso. Este monumento ecuestre tiene una figura más que es que es la estatua de la Libertad rompiendo las cadenas».
En principio los autores de la estatua del Libertador consideran que es intención del intendente de La Maruja, esperar a que pasen las contiendas electorales para su inauguración.
«Nosotros seguimos trabajando y vamos donde nos invitan. Hace poco Edgardo obtuvo un primer premio en la Villa de Merlo aquí cerca en un certamen de dibujos plasmando la figura de Isabel Ezcurra», dijo orgullosa Liliana quien tambien obtuvo menciones por sus trabajos.
Estos artistas siguen dando rienda suelta a su arte pictórico y escultórico. Hace pocos días se los vio en el festival «Sabores de Achiras» con sus retratos y con las técnicas a mano para recrear rostros y figuras. Pero no es solamente la pintura lo que les atrae porque ahora Liliana ha sumado su voz al Grupo de Canto Municipal que dirige Marcos Meroni y que ya hicieron su presentación para el 9 de mayo aniversario de Achiras, en la sala de la casa de los Oribe.
Su impronta de trabajo, su exquisito gusto para definir fielmente el rostro de los próceres en este caso de San Martín, hace que estos artistas sigan creando historia y haciendo del arte la más dulce de las costumbres. Precisamente porque lo hacen de a dos.
(Mingo Amaya)