En el marco de las diversas historias que rodean al Club Atlético Sampacho que el pasado 20 de julio cumplió cien años, rescatamos esta que fue dada a conocer precisamente en ocasión del acto protocolar y que formará parte del libro de recuerdos que muy pronto entrará en impresión para revivir en gran parte las bellas anécdotas que rodean a esta entidad ahora centenaria.

El día en que un jugador de Atlético Sampacho jugó hipnotizado

 Este episodio ocurrió allá por los años 1964/65.

Había recalado en el pueblo un señor muy elegante de mirada misteriosa, barba candado, fino bigote cuidadosamente cortado, de hablar pausado y gestos suaves. “Me llamo Fantomas”, dijo a modo de carta de presentación, agregando claro está que era mago era hipnotizador y de los buenos.

Hizo algunas presentaciones en el Cine Marconi (creo, no estoy del todo seguro), pero su fama de muy buen mago  se extendió con rapidez. Como ocurre casi siempre en que llegan forasteros y demuestran una cultura y nivel intelectual elevado, rápidamente se hizo de amigos del pueblo de un determinado nivel social. Por las noches frecuentaba el Club Social, el Bar de los Bentolila en don Barrera y el Marconi por supuesto. No era de beber más que café y con gestos simples era capaz de hipnotizar a cualquiera.

Un domingo, tarde de fútbol, nos encontramos con Roque Alcides Garay compañero de la Monotécnica Nº 6 a la que concurríamos y el Gordo Mora en la cancha.

Jugaba Atlético Sampacho de local frente a Belgrano de Coronel Moldes, clásico de antaño. Llamaba la atención como el marcador central de Atlético Selvino Travaglia estaba errático, fatigado, malhumorado, como perdido en el campo de juego. Para colmo pegaba bastante. El partido no era bueno para el equipo local. Los moldenses dominaban las acciones y Atlético hacía agua en el fondo. En el primer tiempo con un gol de Norberto Carrizo,  Belgrano se adelantó en el marcador. Y de seguir así para el complemento había promesa de goleada.

Y allí los adolescentes que estábamos en la cancha comprobamos la jerarquía del mago. En esos años los jugadores se cambiaban en los autos. No había vestuarios (tampoco alambrado olímpico y un solo hilo de acero rodea el perímetro del campo de juego). Antes de terminar el primer tiempo (0-1 a favor de los «Celestes del Parque) Fantomas que estaba con unos amigos de la noche nos hizo un par de bromas. Por ejemplo, nos daba galletitas y nos decía que era pollo. Y el sabor era de pollo!!! A Roque Garay lo «pegó» en la trompa del Chevrolet taxi de Cotich que estaba cerca de la cantina!!.

«Eres una mosca» , decía Fantomas y mi amigo estaba verdaderamente adherido al auto como si le hubieran pegado las manos con gotita y los pies sin tocar el suelo.

En fin, ese era nuestro entretenimiento de muchachos de 14 años.

Un entretiempo diferente

Y por fin para Atlético concluyó el primer tiempo. Fantomas lo llamó a Selvino a quien ya conocía y era amigo de él y le dijo que se sentara en el asiento trasero del auto, le aflojó los cordones de los botines y le ordenó: ¡Duerme!.

Los que saben dicen que le hizo una cura de sueño. Lo durmió casi 15 minutos, le hablaba suave y lo transportaba a un mundo desconocido para nosotros; hasta que el árbitro llamó para recomenzar el juego. Con un chasquido lo despertó y le dijo: «Andá y jugá tranquilo. Corre todo lo que puedas que no te hará daño».

Y efectivamente Selvino era un jugador totalmente transformado, se desplazaba en forma increible. Corría, saltaba a cabecear, se iba por los costados, cortaba los avances de Belgrano y parecía jugar solo. Ah…y sin pegar.

A ese encuentro Atlético lo pudo dar vuelta no sin gran esfuerzo porque Belgrano tenía auténticas figuras como Carrizo que era el pensador del cuadro, el “Colorado” Bollo al medio y un muro en el arco que era el Gringo Bovio.

Y el mago?

Como ocurría con esos personajes foráneos, un día Fantomas desapareció; no lo vi nunca más. Se fue así como vino en silencio y rodeado en una nube de misterio.  ¿Lo hipnotizó a Travaglia?, ¿Le hizo un cura de sueño?, ¿Cual fue el método de semejante transformación?: Esas preguntas me quedaron grabadas y me permiten recordarlas para transcribirlas a ustedes. Seguramente Roque Garay actualmente en Buenos Aires si recuerda la anécdota, me pueda ayudar a describir a ese personaje que por sobre todo, de la ilusión y la hipnosis hacía su modo de vida.

(Mingo Amaya)