En la solemnidad de la Inmaculada Concepción de este pasado 8 de diciembre, el obispo diocesano Adolfo Uriona presidió la Santa Misa de apertura del Año Jubilar, conmemorando los 90 años de la diócesis bajo el lema «90 años bajo el manto de la Inmaculada». La Plaza San Martín se llenó de fieles que se congregaron para participar en este significativo evento.
En su homilía, Mons. Uriona destacó la importancia de la protección que la comunidad ha experimentado bajo el manto de la Inmaculada desde los orígenes de la diócesis. Remontándose a la creación de la diócesis en 1934 por el Papa Pío XI y su posterior denominación por Juan Pablo II en 1995, el obispo resaltó el papel constante de la Inmaculada Concepción en la historia local.
La homilía profundizó en la reflexión sobre la festividad mariana, recordando a los fieles la presencia del pecado desde los inicios de la humanidad. Haciendo referencia a las lecturas bíblicas sobre el pecado original, Mons. Uriona subrayó la tendencia humana a buscar el interés propio, rompiendo la armonía y la paz que Dios deseaba para sus hijos.
Explicando la narración de Adán y Eva en el jardín del Edén, el obispo enfatizó la ruptura del proyecto divino por parte de la humanidad. Sin embargo, también compartió un mensaje de esperanza, recordando la promesa divina de enviar a alguien que deshaga las cadenas del mal y la muerte: Jesucristo.
Mons. Uriona destacó el papel crucial de María en este plan divino al ser la Madre que acogió a Jesús. Llamó a la comunidad a seguir el ejemplo de amor de Jesucristo, liberándose de las ansias de dominio y poder.
La homilía concluyó con una petición a la Inmaculada por la protección de todos los presentes, aquellos ausentes y aquellos que no comparten la fe. También se instó a la bendición especial para la ciudad y la diócesis, con un enfoque particular en los más necesitados.


