Como ocurre cada año, los ejemplos de tenacidad y sacrificio se observan en los últimos metros antes de llegar a Reducción. Hombres y jóvenes a caballo, en sulkys, bicicletas y motos son para tener en cuenta. Pero están aquellos a los que solo los moviliza la fe, por cuando caminan decenas de kilómetros y aunque los pies duelan, las piernas pesen mucho más que de costumbre, quieren llegar para agradecer al Cristo la gracia de tener un trabajo o de expresar un sentimiento de fe heredado de los abuelos.
Eso también se vio en la Villa de Reducción. Igual que en otros años, una importante cantidad de vendedores ambulantes poblaron los alrededores de la plaza. Reducción tiene eso y mucho más. La fiesta prosigue este día 2, para culminar el miércoles 3 con la procesión y misa final.