Un nutrido grupo de fieles de Las Albahacas y de la región tuvieron un dulce privilegio: rezaron el Vía Crucis mientras ascendían por el camino «Alto Lindo» hacia el Cerro de la Cruz.
En el trayecto que incluye empinadas subidas y algunas bajantes, se encuentran diseminadas las 14 estaciones.
«Esto lo inició el padre (Héctor) Pereyra hace muchos años, se estuvo realizando y desde que asumimos nuestra gestión decidimos potenciar esto que además de ser una celebración tradicional de Semana Santa, reflotamos una parte de nuestra historia», expresó Miriam Agüero la jefa comunal de Las Albahacas quien junto a los vecinos caminó sin ningún tipo de inconvenientes..
Todo estuvo perfectamente organizado. Primero, en el oratorio contiguo al cementerio, hubo una acción litúrgica de Viernes Santo donde se dio paso a la lectura de la Pasión de Cristo según San Juan. Allí se hizo la Veneración a la Cruz y se distribuyó la comunión. Seguidamente los fieles se dirigieron al pie del cerro (de más de 300 metros de altura) dispuestos a caminar unos tres mil metros de distancia en ascenso.
Bellos paisajes
Mientras los guías pronunciaban las oraciones, el paisaje sumaba más emociones. Un camino en buen estado y los profesantes ya habituados a esta caminata iban provistos de bastones y agua.
Así se llegó a la cima del cerro. Allí en una placa se da cuenta que esta ceremonia se remonta a 1938 siendo el padre Pereyra seminarista. Luego el lugar se mejoró. Hoy la cruz de hierro preside la cima de este cerro desde donde se pueden apreciar las bellezas de los alrededores hasta varios kilómetros de distancia.
Sin dudas, que los fieles de Las Albahacas fueron privilegiados, porque no cualquiera reza tan cerca del cielo.